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Tal día como hoy, el 21 de mayo del año 1590, culmina el acabado total de la cúpula del edificio. Este emblemático lugar fue construido sobre un antiguo santuario, conocido como el "Sepulcro de los Santos", que el Papa Julio II quiso derribar en 1506 para construir una nueva y flamante basílica. El proyecto tardó 120 años en hacerse realidad.
Durante todo este tiempo arquitectos y artistas de la talla de Alberti, Bramante, Rafael, Peruzzi, Sangallo o Miguel Ángel tomaron parte y se enfrentaron a grandes dificultades por la inmensidad de la obra. Este último fue el encargado de la gran cúpula pero no pudo terminarla ya que falleció en 1564 y su fin se pospuso hasta casi treinta años después.
Tanto dicha cúpula como el interior muestra el gran poder y esplendor que contiene la iglesia italiana. Decenas de obras de arte, las más consideradas a lo largo de los siglos como la "Piedad" de Miguel Ángel, la estatua de bronce de "San Pedro" de Arnolfo de Cambio o "El trono de San Pedro" de Bernini, adornan este bello lugar que aún permanece en muy buen estado.
