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Inicio del III Concilio de Toledo


 

Inicio del III Concilio de Toledo

altEl Tercer Concilio de Toledo comenzó el 8 de mayo del 589, en la ciudad hispánica de Toledo, y en el cual el Reino Visigodo de Toledo dejó oficialmente de ser arriano; el rey Recaredo hizo profesión de fe católica y anatematizó a Arrio y sus doctrinas; se atribuyó la conversión del pueblo godo y suevo al catolicismo. Varios obispos arrianos abjuraron de su herejía. Las resoluciones del Sínodo arriano de Toledo del 580 fueron condenadas.

Los reyes sucesores fueron los protectores de la nueva religión oficial; ellos eligieron a los obispos e impulsaron la cultura de las escuelas y de las bibliotecas episcopales y de los monasterios. Adoptaron el latín como lengua, con algunas influencias germánicas.

Asistieron al Concilio setenta y dos obispos, personalmente o mediante delegados (además de los cinco metropolitanos), siendo las figuras principales Leandro de Sevilla (supuesto instigador de la conversión de Hermenegildo) y el abad del monasterio servitano, Eutropio.

Las decisiones del Concilio adquirieron fuerza de ley al publicar el rey un Edicto de confirmación del Concilio. La desobediencia era castigada con graves penas (la confiscación de la mitad de los bienes para los honestiores y el destierro y la pérdida de sus propiedades para los inferiores).