Farmacias de guardia de la provincia de Alicante.
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Paulo III, quien sucedió a Clemente VII en 1534, le nombró protonotario y secretario papal. Cuando, en 1538 Paulo III le confió a su joven sobrino el Cardenal Alejandro Farnese los manejos temporales de la Iglesia, el prudente y virtuoso Cervini fue nombrado consejero y secretario privado del joven e inexperto cardenal. Con ello llegó a alcanzar una gran influencia en la curia pontificia.
Acompañó a Farnese en varias delegaciones y fue nombrado Cardenal Sacerdote a fin de ayudar mejor a su superior a establecer fructíferas negociaciones con los monarcas de Europa. Este nombramiento tuvo lugar en Santa Croce en Gerusalemme, el 19 de diciembre de 1539. Ya había sido nombrado en la Sede de Nicastro, además de lo cual llegó a ser administrador de la Diócesis de Regio en el año siguiente.
En 1539 acompañó a Farnese en una importante delegación ente Carlos V de Alemania y ante Francisco I de Francia. El propósito de esta delegación fue el de inducir a los dos monarcas a enviar prelados de sus países al Concejo General de la Iglesia; otra finalidad también fue la de obtener la asistencia contra las posiciones de Enrique VIII de Inglaterra y contra los turcos.
Tuvieron una audencia con Francisco I en Amiens, el 9 de febrero de 1540, y con el emperador en Ghent el 24 de ese mismo mes, pero su misión no fue exitosa. Regresaron a Roma, y allí Cervini recibió ordenes por parte del papa en cuanto a permanecer como delegado ante la corte imperial y a representarlo en la Dieta, en la cual el emperador deseaba negociar con Séller.
Fue evidente que los protestantes serían la voz dominante en la Dieta y que no deseaban llegar a ningún entendimiento con los católicos; ante ello, el papa cambió su orden y decidió no enviar a ningún representante ante la Dieta, la que mientras tanto había sido transferida a Hagenau. En octubre de 1540, Cervini regresó a Roma, no sin antes haber solicitado urgentemente ante el papa, el envio de un representante ante la “Dieta de Worms”.
El 6 de febrero de 1545, fue nombrado como uno de los tres Presidentes del Concilio de Trento. Sus otros dos colegas fueron los Cardenales Giovanni María del Monte (quien luego sería Julio III) y Reginaldo Pole. El 13 de marzo de 1545 llegó a Trento.
Cervini ferozmente representó los intereses del papa desde el inicio del Concilio el 13 de diciembre de 1545, hasta su prórroga indefinida en Boloña el 14 de septiembre de 1547. Su posición estuvo contra la del emperador; ello le valió el odio de este último.
En 1548 sucedió a Agostino Steuco como bibliotecario del Vaticano, con el título de "Bibliothecæ Apostolicæ Vaticanæ Protector". Bajo su protectorado la Biblioteca del Vaticano llegó a tener una condición floreciente.
Más de 500 volúmenes en latín, griego y hebreo se agregaron a la colección, así como nuevos catálogos se prepararon con los manuscritos de griego y latín. A principios de 1539 Cervini había inducido al papa a imprimir los más valiosos manuscritos griegos. La actividad de nuestro personaje fue menos prominente durante el pontificado de Julio III (1550-55). Fue reemplazado como Presidente del Concilio de Trento por Marcelo Crescenzi, con la esperanza de que el emperador diera su apoyo a los presidentes del Concilio.
Después de la muerte de Julio III (23 de marzo de 1555) los cardenales presentes en Roma, entraron en el cónclave el 4 de abril, y cuatro días más tarde eligieron al Cardenal Marcello Cervini como papa, aún cuando el emperador había instruido a sus cardenales a que se opusieran a tal elección.
Al igual que Adriano IV, Cervini retuvo su nombre personal y fue llamado Marcelo II. Al día siguiente, el 10 de abril, fue consagrado como obispo, administrando así las Diócesis de Nicastro, Regio y Gubbio, aún cuando no había recibido consagración episcopal. Fue coronado papa el mismo día, pero sin la acostumbrada solemnidad, debido a que era tiempo de cuaresma.
El nuevo pontífice había sido de los cardenales que deseaba reformas dentro de la Iglesia. Mientras fue administrador de Regio, visitó la diócesis en 1543, y abolió los abusos en donde quiera que los identificó. Inmediatamente, al hacerse cargo de las responsabilidades en el Vaticano, principió a ejecutar reformas. Murió luego de 22 días en su cargo; contribuyó a su enfermedad, el agotamiento que tuvo producto del cumplimiento de sus funciones en la Semana Santa y la Semana de Pascua.
