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Fallece Almanzor


 

Fallece Almanzor

Nacido en Algeciras durante la época de ocupación árabe de España, Abu 'Amir Muhammad ben Abi 'Amir al-Ma'afiri realizó sus labores como caudillo del Califato del reino Omeya de Córdoba, que llegó a dominar casi por completo toda la península ibérica hasta su fragmentación durante la época de los reinos de taifas.

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Como premio por sus servicios, la familia de Almanzor recibió unas tierras en Andalucía, principalmente en lo que hoy conocemos como Granada y Málaga. Su padre es conocido en los anales de la historia como un hombre bondadoso y piadoso, algo retraído, mientras que el padre de su madre destacó como ministro de Abderramán tercero, además de efectuar labores como médico.

En Córdoba cursos estudios de Letras y Derecho tutelado por algunos de sus familiares, que complementó posteriormente como escritor de las memorias del Califato de Córdoba en la conocida Mezquita. Desde muy joven se fijaron en él por sus cualidades en escribanía de la sala de audiencias de la ciudad hasta que pasó a formar parte de la Corte del Califato de la mano del propio visir.

También trabajó como director de la fábrica de moneda y tesorero del califa, así como responsable de la intendencia del ejército del general Galib Abu Temman Al-Nasir. Su ambición le llevó a ser acusado de malversación de fondos, aunque al parecer consiguió librarse de los cargos maquillando las cuentas y no solo salió indemne sino que además el proceso le resultó en beneficio personal. Durante su época de mayor fortuna se hizo construir un palacio majestuoso y se convirtió en un gobernante poderoso al mando de las posesiones de los omeyas en el Magreb estableciendo grandes relaciones con los jefes bereberes.

Como gran diplomático, se supo ganar el favor del pueblo gracias al cual se hizo con el poder, que manejó desde la sombra como supuesto protector del califa, al que había salvado la vida. El califa no salía de su palacio en Medina Alzahira mientras el administraba todos los poderes del reino, lo que le valió la enemistad de su propio suegro, al que derrotó y mandó enviar la cabeza a su propia esposa. Hizo ejecutar a otros gobernadores que le impedían continuar con sus planes, algunos de los cuales incluso eran familiares suyos. En las batallas contra los cristianos se valió de su control de las arcas de la tesorería del reino hasta llegar a la ofensiva de San Millán de la Cogolla.